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Cerrar una empresa puede ser un poco más complicado que firmar unos papeles y dar carpetazo y si alguna vez te has preguntado cómo se disuelve y liquida una sociedad, a continuación te lo contaremos. 

Vamos a repasar juntos los pasos, las decisiones que hay que tomar y los detalles que conviene no pasar por alto.

Causas comunes para la disolución y liquidación de una sociedad

Antes de lanzarse a cerrar una empresa, es bueno saber por qué suele ocurrir, pues no todas las sociedades llegan al final por los mismos motivos, y entenderlos ayuda a tomar mejores decisiones.

Razones financieras

A veces, la realidad económica manda y cuando los números no cuadran y la empresa acumula deudas o no consigue remontar, la liquidación de sociedad se convierte en una salida razonable. No es fácil asumirlo, pero reconocer a tiempo que la situación es insostenible suele ser una buena idea.

En otras ocasiones, la falta de liquidez o la imposibilidad de conseguir financiación hacen que continuar sea inviable. Aquí, lo más sensato suele ser analizar la situación con calma y buscar asesoramiento antes de tomar una decisión definitiva.

También puede ocurrir que el mercado cambie y la demanda desaparezca. Si el negocio deja de tener sentido, lo mejor es actuar con responsabilidad y cerrar la etapa de forma ordenada.

Cambios estructurales o estratégicos

No todo cierre es consecuencia de una crisis, más bien hay veces que los socios deciden disolver la empresa porque quieren emprender nuevos proyectos o fusionarse con otra entidad. Estos cambios estratégicos pueden abrir nuevas oportunidades y también son el inicio de algo diferente.

La salida de un socio o la necesidad de modificar el objeto social pueden llevar a la disolución, pero cuando la decisión es consensuada y se planifica bien, el proceso suele ser más tranquilo en varios aspectos.

Procedimiento legal para disolver y liquidar una sociedad

Llegados a este punto, es momento de hablar del proceso legal; aquí es donde se concreta todo lo anterior y se ponen en marcha los trámites necesarios para cerrar la empresa de forma segura.

Antes de entrar en detalles conviene saber que el procedimiento legal está pensado para proteger a los socios y a los acreedores, garantizando que todo se haga con transparencia.

Acuerdo de disolución

El primer paso es que la junta general de socios apruebe el acuerdo de disolución. Básicamente los socios se reúnen, debaten y votan si realmente quieren cerrar la empresa. Normalmente, se necesita una mayoría cualificada para que la decisión sea válida.

Una vez tomada la decisión, hay que inscribir el acuerdo en el Registro Mercantil y publicarlo para que todo el mundo esté al tanto. Así, los acreedores y cualquier persona interesada pueden conocer la situación y actuar en consecuencia.

A partir de aquí, la sociedad entra en fase de liquidación y los administradores pasan a ser liquidadores, asumiendo nuevas funciones y responsabilidades.

Operaciones de liquidación

Durante la fase de liquidación, los liquidadores se encargan de hacer inventario, vender los activos y pagar las deudas pendientes.

Mantener una comunicación clara con los acreedores y cumplir con las obligaciones fiscales y laborales es bastante importante, pues la transparencia en esta etapa evita malentendidos.

Cuando todas las deudas están saldadas, el patrimonio que queda se reparte entre los socios según su participación en el capital social, cerrando así el ciclo.

Extinción y baja en la Agencia Tributaria

El último paso es solicitar la extinción de la sociedad y tramitar la baja en la Agencia Tributaria. Para ello, hay que presentar la escritura pública de liquidación y realizar los trámites en los registros correspondientes.

Consideraciones fiscales y financieras

Al cerrar una sociedad se deben cumplir con varias obligaciones fiscales y no hacerlo puede traer problemas, así que conviene prestar atención a este apartado.

Es útil repasar los principales impuestos y aspectos financieros que hay que tener en cuenta durante la liquidación.

Impuesto sobre Sociedades y otros tributos

Durante la liquidación, la empresa debe presentar la declaración del Impuesto sobre Sociedades correspondiente al ejercicio en curso. Además, puede que haya que liquidar el IVA y otros tributos, como el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos.

También se debe tener cuidado al momento de calcular bien las bases imponibles y las deducciones, pues un error aquí puede suponer un coste extra para los socios, así que merece la pena dedicarle tiempo y contar con ayuda profesional.

Reparto del patrimonio y obligaciones con la Seguridad Social

El reparto del patrimonio entre los socios puede tener consecuencias en el IRPF de cada uno, sobre todo si se generan plusvalías. Por eso es que conviene planificar este reparto y conocer las implicaciones fiscales antes de dar el paso.

Además, la empresa debe estar al día con la Seguridad Social y liquidar cualquier deuda pendiente antes de su extinción. Si queda algo por pagar, el cierre puede retrasarse o incluso bloquearse.

La importancia de la asesoría profesional

A lo largo de todo este proceso, contar con expertos de confianza puede ahorrarte tiempo y dinero, y es que la disolución y liquidación de una sociedad no es un trámite menor.

Asesoramiento legal y contable

Un abogado especializado en sociedades de capital puede guiarte en la toma de decisiones y en la redacción de los documentos necesarios, además, su experiencia ayuda a evitar errores y a cumplir con la normativa vigente.

Por otro lado, el asesor contable se encarga de preparar los balances, inventarios y declaraciones fiscales. Su labor es igual de importante para que la liquidación sea transparente y ajustada a la ley.

Así que podríamos decir que disolver y liquidar una sociedad es un proceso que requiere atención y planificación. Esperamos que esta guía te ayude a afrontar el proceso con confianza y a tomar las decisiones que mejor se adapten a tu situación.

Jose Garcia Taboada

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