Nombrar a un extranjero no residente como administrador es una práctica habitual para grandes empresas que buscan expandirse o que ya lo hicieron. Pero, ¿cómo se nombra a un extranjero no residente administrador? ¿Qué dice la legislación española al respecto? Te lo explicamos en el post siguiente.
La figura del administrador en la legislación española
Antes de comenzar a explicarte si un extranjero no residente puede o no ser administrador de una empresa, tienes que tener claro cuál es el rol de esta persona dentro de la legislación española. Dentro del contexto jurídico español, el administrador de una sociedad es el responsable de la gestión y representación de la empresa. Es un cargo regulado principalmente por la Ley de Sociedades de Capital, en la cual se establecen las responsabilidades, obligaciones y facultades de quienes ocupan esta posición.
No existe un único modelo de administración. Una sociedad puede contar con un administrador único, varios administradores solidarios o mancomunados, o bien establecer un consejo de administración. En todos los casos, es esencial que la persona elegida actúe en beneficio de la empresa y cumpla con los requisitos legales exigidos, independientemente de si es residente o no en España.
Diferencias entre administrador residente y no residente
La legislación española no impide que una persona extranjera y no residente pueda ser nombrada administrador de una sociedad, ya sea una sociedad limitada o una sociedad anónima. Sin embargo, existen algunas diferencias importantes entre ser un administrador residente y uno no residente.
Un administrador residente está empadronado en España y tiene un número de identificación fiscal español (NIF) o un número de identidad de extranjero (NIE) en vigor. Además, al residir en territorio español, está sujeto a las obligaciones fiscales locales como contribuyente habitual.
Por otro lado, un administrador no residente, ya sea ciudadano de la UE o de un país extracomunitario, puede asumir el cargo, pero deberá cumplir con otros requisitos específicos, como obtener un NIE y estar al tanto de su situación fiscal. Muchas veces también se exige nombrar un representante fiscal en España para facilitar las comunicaciones con la Agencia Tributaria.
Requisitos legales para que un extranjero no residente sea administrador
Como mencionamos por encima en la sección anterior, al designar un administrador no residente se deben cumplir ciertos requisitos legales. Estos son:
Documentación necesaria
Tanto si el extranjero es ciudadano de la Unión Europea como si proviene de un tercer país, debe contar con:
- Número de Identificación de Extranjero (NIE)
- Pasaporte en vigor
- Certificado de no residencia (en algunos casos)
- Poder notarial (si la designación se hace a distancia)
- Documento que acredite la aceptación del cargo de administrador
- Declaración de no estar inhabilitado para ejercer como administrador
Situaciones especiales: administrador proveniente de fuera de la Unión Europea
Cuando el administrador extranjero es ciudadano de un país que no pertenece a la Unión Europea ni al Espacio Económico Europeo, suelen aplicarse requisitos adicionales o trámites más complejos como:
- Traducción jurada y legalización de todos los documentos a presentar.
- Nominación de un representante fiscal si se llega a exigir.
- Según la naturaleza de la empresa, una autorización previa para nombrar a un administrador extracomunitario.
Beneficios y riesgos de nombrar un extranjero no residente como administrador
Quizás te estés preguntando, ¿para qué o por qué designar a un extranjero no residente como administrador de una sociedad en España? Pues bien, esta es una decisión estratégica, especialmente para empresas con proyección internacional. Veamos los beneficios y los riesgos:
Beneficios para la sociedad
- Apertura a mercados internacionales: Un administrador extranjero suele aportar una red de contactos internacionales, conocimiento de otros mercados y una visión global del negocio.
- Transferencia de experiencia y “know-how”: Siempre se contratan administradores no residentes que cuentan con una sólida trayectoria profesional en sus países de origen.
- Imagen internacional y reputación: La presencia de un directivo extranjero refuerza la imagen de la empresa como una entidad moderna, abierta y conectada con el mundo.
- Facilidad en operaciones con el país de origen del administrador: Si la sociedad tiene vínculos comerciales con el país del administrador, este puede facilitar trámites, negociaciones o relaciones con proveedores y socios locales.
- Atractivo para inversores extranjeros: Contar con un administrador extranjero da confianza a inversores internacionales, especialmente si se trata de una figura reconocida.
Riesgos y responsabilidades del administrador extranjero
- Desconocimiento del marco legal español: Un riesgo común es que el administrador no residente no esté familiarizado con la normativa española.
- Obligaciones fiscales y administrativas complejas: El hecho de no residir en España implica complicaciones como ser obligatorio nombrar un representante fiscal.
- Responsabilidad patrimonial: En España, el administrador responde con su propio patrimonio en caso de una gestión negligente.
- Limitaciones operativas y barreras idiomáticas: En algunos casos, la distancia geográfica o el idioma dificultan la gestión diaria.
- Fiscalización por parte de la administración: Las autoridades fiscales pueden prestar mayor atención a las sociedades cuyos administradores no residen en el país, para garantizar que se cumplen las obligaciones tributarias y no existen estructuras meramente instrumentales.
Cómo puede un extranjero no residente convertirse en administrador de una sociedad
A pesar de los claros desafíos mencionados, es muy habitual que extranjeros no residentes sean nombrados como administradores en sociedades españolas. Entonces, ¿cómo un extranjero no residente pasa a ser administrador de una sociedad española? Antes del nombramiento, el extranjero debe:
- Obtener un NIE.
- Presentar la documentación legal mencionada vigente, apostillada y traducida si corresponde.
- Informarse muy bien, o asesorarse profesionalmente, sobre las obligaciones fiscales asociadas al cargo.
Una vez todo está en orden, el nombramiento en sí implica:
- Ser elegido en una junta general de socios, cuya decisión debe constar en acta notarial.
- Aceptar formalmente el cargo, de manera presencial o mediante poder notarial.
- Inscribirse en el Registro Mercantil, presentando la escritura de nombramiento, aceptación del cargo, NIE y declaración de no inhabilitación.
- Designar un representante fiscal si lo exige la Agencia Tributaria.
- Publicar el nombramiento en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME).
Casos especiales
Existen otras formas particulares de administración; por ejemplo, una sociedad puede ser nombrada como administradora de otra empresa. O un extranjero no residente puede fundar una SL en España sin necesidad de residir.
Conclusiones
En conclusión, contar con un administrador extranjero no residente puede aportar valor estratégico a una sociedad, siempre y cuando se cumplan todos los requisitos legales. ¿Cómo llevar a cabo esta decisión de la mejor forma posible? Con el asesoramiento legal correspondiente.