Crear una sociedad anónima (S.A.) en España es un paso fundamental para aquellos que buscan escalar su negocio a partir de cierto punto y construir una estructura sólida y profesional. Pero, como en toda aventura empresarial, hay ciertos requisitos legales que no podemos dejar de lado.
Así que para que te sea más sencillo el proceso, a continuación, te contamos todos los requisitos legales que necesitas conocer para poner en marcha tu S.A. sin perder la cabeza en el intento.
Capital social mínimo requerido
Empecemos por lo más importante: el dinero. Para crear una S.A. en España, necesitas tener un capital social mínimo de 60.000 euros. Sí, has leído bien, ¡sesenta mil euritos! Pero no te asustes, que hay truco.
Lo bueno es que no necesitas desembolsar todo ese dinero de golpe. La ley te permite aportar inicialmente solo el 25% del capital social, es decir, 15.000 euros. El resto puedes ir aportándolo poco a poco, como quien paga a plazos su coche nuevo. Eso sí, tendrás que dejar constancia en los estatutos de cuándo y cómo vas a aportar el resto del capital.
Número mínimo de accionistas y socios
Ahora bien, ¿cuántas personas necesitas para montar este tinglado? Pues la respuesta es… ¡Una! Puedes crear una S.A. tú solito si quieres. Se llama Sociedad Anónima Unipersonal, y es tan válida como cualquier otra.
Pero si prefieres rodearte de gente (y repartir el riesgo), no hay límite máximo de socios. Puedes tener dos, diez, o mil si te apetece. Lo esencial es que todos estén dispuestos a sumarse a esta aventura contigo.
Denominación social y registro en el Registro Mercantil
Después toca la parte divertida: ponerle nombre a tu criatura. La denominación social de tu S.A. debe ser única, así que prepárate para dar rienda suelta a tu creatividad. Eso sí, recuerda que debe terminar con las siglas «S.A.» o «Sociedad Anónima». Y una vez que tengas el nombre perfecto, tendrás que registrarlo en el Registro Mercantil Central. Allí comprobarán que no existe ninguna otra empresa con el mismo nombre.
Elaboración de los estatutos sociales
Los estatutos sociales son como las reglas del juego de tu S.A. Aquí deberás detallar cómo va a funcionar la empresa, quién va a tomar las decisiones, cómo se van a repartir los beneficios… Vamos, todo lo que necesitas para que tu S.A. funcione.
No te preocupes si no sabes por dónde empezar. Existen modelos estándar que puedes usar como base y adaptar a tus necesidades. Pero, si quieres asegurarte de que todo está en orden, lo mejor es contar con la ayuda de un abogado especializado en derecho mercantil.
Escritura pública de constitución
Cuando tengas todos los papeles listos, es hora de hacer oficial tu S.A. Para ello, tendrás que acudir a un notario con todos los documentos (estatutos, certificado de denominación social, etc.) y firmar la escritura pública de constitución.
Este es un momento solemne, así que ponte tu mejor traje y prepárate para firmar como si no hubiera un mañana. El notario dará fe de que todo está en orden y ¡voilà! Tu S.A. habrá nacido oficialmente.
Obtención del código de identificación fiscal (CIF)
Por último, pero no menos importante, necesitas obtener el CIF para tu S.A. Este número será la identificación de tu empresa, y lo necesitarás para prácticamente todo: abrir cuentas bancarias, facturar, contratar empleados…
Para obtenerlo, tendrás que presentar una solicitud en la Agencia Tributaria junto con una copia de la escritura de constitución. En un principio te darán un CIF provisional, que se convertirá en el definitivo una vez que hayas inscrito la sociedad en el Registro Mercantil.
Aspectos fiscales y contables de una sociedad anónima en España
Con tu S.A. ya constituida y registrada, es momento de hablar de dinero. Y no, no nos referimos a los beneficios (que ojalá sean muchos), sino a los impuestos y las obligaciones contables. Sabemos que no es el tema más apasionante, pero es clave para mantener tu S.A. dentro de lo que marca la ley.
Régimen fiscal aplicable a las S.A.
Las sociedades anónimas en España están sujetas al impuesto sobre sociedades (IS). Este impuesto aplica sobre las ganancias de la sociedad, con una tasa general del 25%. Pero ¡ojo!, hay excepciones y bonificaciones que pueden reducir este porcentaje.
Por ejemplo, las empresas recién creadas tributan al 15% durante los dos primeros años en los que generen beneficios. Así que, si acabas de montar tu S.A., tienes un pequeño respiro fiscal. ¡Aprovéchalo, que el tiempo pasa volando!
Obligaciones contables y auditorías
Como S.A., tienes la obligación de llevar una contabilidad ordenada y ajustada a tu actividad. Esto significa llevar libros contables, presentar las cuentas anuales en el registro mercantil y, en ciertos casos, someterte a una auditoría externa.
Esta auditoría es obligatoria si tu S.A. cumple dos de estos tres requisitos durante dos años seguidos:
- Activo superior a 2,85 millones de euros.
- Cifra de negocios superior a 5,7 millones de euros.
- Más de 50 empleados.
Por tanto, si tu S.A. crece mucho (y esperamos sea el caso), prepárate para tener una cita anual con los auditores.
Declaración del Impuesto sobre Sociedades
La declaración del Impuesto sobre Sociedades funciona como la declaración de la renta, pero, en el caso de tu S.A., debes presentarla cada año, dentro de los 25 días naturales siguientes a los seis meses después de finalizar el período impositivo.
Asimismo, tendrás que realizar pagos fraccionados a cuenta del IS en abril, octubre y diciembre de cada año. Es como ir pagando a plazos, para que no te pille el toro a final de año.
Entonces, ¿es una S.A. la mejor opción para tu negocio?
Después de todo lo que hemos visto, seguro que tu cabeza está dando vueltas. Pero no te preocupes, vamos a aterrizar todo esto de una forma más digerible.
Mira, la sociedad anónima es como ese traje de gala que tienes en el armario. Es elegante, impresiona y te hace sentir importante. Pero, ¿lo usarías para ir a hacer la compra o para una barbacoa con los amigos? Probablemente no, ¿verdad?
De la misma manera, una S.A. puede ser fantástica si estás pensando en grande. Si tu sueño es crear el próximo gigante tecnológico, cotizar en bolsa o si necesitas atraer a inversores de peso pesado, entonces sí, una S.A. podría ser tu mejor aliada.
Pero si estás dando tus primeros pasos en el mundo empresarial, si tu negocio es más modesto o si prefieres mantener las cosas simples, quizás una Sociedad Limitada (S.L.) o incluso empezar como autónomo sean opciones más adecuadas.
En última instancia, la respuesta a esta pregunta dependerá de tus objetivos a largo plazo y en las características de tu negocio. Así que, tómate tu tiempo, analiza bien tu situación y tus planes de futuro antes de tomar una decisión.